Las tapas ya existían en tiempos de los peregrinos jacobeos de la Edad Media,
pero aquéllas no tienen en absoluto que ver con éstas. La jarra de vino tapada
con una rebanada de pan y un trozo de embutido y la micrococina emplatada con
mimo que hoy ofrecen los establecimientos zamoranos están separadas por unos
cuantos siglos de evolución cultural y gastronómica, aunque el placer para los sentidos
y la socialización que proporcionan resultan muy parecidos.

En el V Festival de la Tapa de Zamora se hace un guiño a los peregrinos del Camino de
Santiago en ruta por la ciudad y les convierte en correas de transmisión de la
micrococina zamorana por todos los itinerarios jacobeos.
Bajo el lema 'De tapas por etapas', ilustrado con la silueta de un caminante que
en lugar de un bastón coronado por una concha lleva un tenedor, el 22 de abril
arrancará la quinta edición de una iniciativa en la que participan 92 establecimientos,
dos más que el año pasado.

Hasta el 16 de mayo, los bares y restaurantes participantes en el festival servirán
unas 400.000 tapas. El beneficio económico que calcula la Sociedad de Turismo que
generará la iniciativa con la venta directa de estas delicias gastronómicas y la
influencia en el comercio de la ciudad está en torno a los 2,5 millones de euros.

La iniciativa de la feria de la tapa arrancó en el 2006 de la mano de Azehos con
37 participantes, y en esta edición supera los noventa, un indicador, afirmó el
presidente de Azehos y miembro de la Sociedad de Turismo, Óscar Somoza, de
la consolidación de este encuentro gastronómico de la micrococina zamorana.

Somoza destacó así que los 92 establecimientos hosteleros colaboradores se
distribuyen por toda la ciudad, no sólo en la zona centro y el casco histórico
como ocurría durante las primeras ediciones, sino por todos los barrios.

Fuente: El Norte de Castilla.